Había una vez una joven tan holgazana que un día su madre, desesperada, le dio una paliza. Pasaba por allí la reina, y al oír los gritos, se acercó a ver lo que pasaba. La mujer se avergonzó de confesar la verdad, y dijo todo lo contrario:
- Mi hija quería estar día y noche hilando, pero no puedo comprarle todo el lino que necesitaría.
La reina, a quien siempre habían gustado las muchachas trabajadoras, la llevó a palacio y le dio tres enormes habitaciones llenas de lino hasta el techo.
- Cuando lo hayas hilado todo, podrás casarte con mi hijo -le dijo.
La promesa era atrayente, pero la joven no sabía ni por donde empezar. Acudieron en su ayuda tres primas, hábiles hilanderas, pero deformes. A una, de tanto dar al pedal del telar, se le había agrandado enormemente el pie; la otra tenía un pulgar anchísimo de tanto torcer el hilo; y la tercera tenía un labio grandísimo a fuerza de alisar el hilo.
Cuando el príncipe vio a las tres primas y se enteró de que estaban así por haber trabajado tanto, prohibió a su futura esposa hasta acercarse al telar.
- Mi hija quería estar día y noche hilando, pero no puedo comprarle todo el lino que necesitaría.
La reina, a quien siempre habían gustado las muchachas trabajadoras, la llevó a palacio y le dio tres enormes habitaciones llenas de lino hasta el techo.
- Cuando lo hayas hilado todo, podrás casarte con mi hijo -le dijo.
La promesa era atrayente, pero la joven no sabía ni por donde empezar. Acudieron en su ayuda tres primas, hábiles hilanderas, pero deformes. A una, de tanto dar al pedal del telar, se le había agrandado enormemente el pie; la otra tenía un pulgar anchísimo de tanto torcer el hilo; y la tercera tenía un labio grandísimo a fuerza de alisar el hilo.
Cuando el príncipe vio a las tres primas y se enteró de que estaban así por haber trabajado tanto, prohibió a su futura esposa hasta acercarse al telar.
0 comments en "La joven holgazana y las tres hilanderas"
Publicar un comentario