Un rey rico y poderoso, pero anciano y malo, estaba empeñado en casarse con una damisela de la corte, bellísima y muy joven. Ella no quería y pidió ayuda a su madrina.
- Al rey nunca se le puede decir que no -pensó la mujer. - Pero se pueden poner condiciones absurdas. Pídele la piel de su asno.
Se trataba de un asno mágico al que el rey debía todo su poder; por tanto, se suponía que no querría sacrificarlo. Pero el rey no tardó en enviar a la joven lo que había pedido.
Sólo le quedaba una solución: huir. La joven se puso la piel del asno para que no la reconocieran y se refugió en un país vecino. Para vivir trabajó de criada en una posada; lo hacía todo bien, especialmente las tartas.
Nunca se quitaba su disfraz, que le daba un aspecto horrible, pero seguro. Sólo en la soledad de su habitación se lavaba y peinaba con cuidado y se ponía su rico vestido cortesano, que había llevado con ella.
Un día llegó a la posada el hijo del rey. Halló una puerta cerrada y, curioso, miró por el ojo de la cerradura: vio una muchacha tan hermosa que se enamoró inmediatamente de ella. Preguntó y le dijeron que allí sólo estaba Piel de Asno, una criada sucia y harapienta que no merecía ni un solo minuto de atención de su alteza.
El príncipe tuvo que rendirse a la evidencia; pero enfermó de amor y dejó de comer. Dijo que sólo comería una tarta que hiciera para él Piel de Asno. Sus padres, desesperados, mandaron la orden a la posada. Al hacer la masa la criada perdió, sin darse cuenta, su anillo. El príncipe lo encontró en la tarta y lo reconoció inmediatamente: él lo había visto por el ojo de la cerradura e ideó una estratagema.
El príncipe dijo que quería casarse con la joven a quien ajustara perfectamente el anillo. Con tal de verlo contento, el rey y la reina también le concedieron ésto, sobre todo porque un dedo tan fino como para que entrara aquel diminuto anillo sólo podía pertenecer a una gran dama.
Comenzaron las pesquisas y, al final, el anillo se lo probó también Piel de Asno.La criada no tuvo dificultad en demostrar que el anillo era suyo y que ella era la hermosa joven que el príncipe había visto en la posada. Todo se aclaró y la fastuosa boda se celebró aquel mismo día con gran alegría de todos los súbditos del reino.
- Al rey nunca se le puede decir que no -pensó la mujer. - Pero se pueden poner condiciones absurdas. Pídele la piel de su asno.
Se trataba de un asno mágico al que el rey debía todo su poder; por tanto, se suponía que no querría sacrificarlo. Pero el rey no tardó en enviar a la joven lo que había pedido.
Sólo le quedaba una solución: huir. La joven se puso la piel del asno para que no la reconocieran y se refugió en un país vecino. Para vivir trabajó de criada en una posada; lo hacía todo bien, especialmente las tartas.
Nunca se quitaba su disfraz, que le daba un aspecto horrible, pero seguro. Sólo en la soledad de su habitación se lavaba y peinaba con cuidado y se ponía su rico vestido cortesano, que había llevado con ella.
Un día llegó a la posada el hijo del rey. Halló una puerta cerrada y, curioso, miró por el ojo de la cerradura: vio una muchacha tan hermosa que se enamoró inmediatamente de ella. Preguntó y le dijeron que allí sólo estaba Piel de Asno, una criada sucia y harapienta que no merecía ni un solo minuto de atención de su alteza.
El príncipe tuvo que rendirse a la evidencia; pero enfermó de amor y dejó de comer. Dijo que sólo comería una tarta que hiciera para él Piel de Asno. Sus padres, desesperados, mandaron la orden a la posada. Al hacer la masa la criada perdió, sin darse cuenta, su anillo. El príncipe lo encontró en la tarta y lo reconoció inmediatamente: él lo había visto por el ojo de la cerradura e ideó una estratagema.
El príncipe dijo que quería casarse con la joven a quien ajustara perfectamente el anillo. Con tal de verlo contento, el rey y la reina también le concedieron ésto, sobre todo porque un dedo tan fino como para que entrara aquel diminuto anillo sólo podía pertenecer a una gran dama.
Comenzaron las pesquisas y, al final, el anillo se lo probó también Piel de Asno.La criada no tuvo dificultad en demostrar que el anillo era suyo y que ella era la hermosa joven que el príncipe había visto en la posada. Todo se aclaró y la fastuosa boda se celebró aquel mismo día con gran alegría de todos los súbditos del reino.
1 comments en "Piel de Asno"
disculpa, me preguntaba si podias decirme el nombre del libro en donde encontraste esta historia, cuando yo estaba pequeña mis papas me regalaron uno y ps lamentablemente como toda niña peqña lo dañe y esta era una de las historias del libro (aun conservo algunas paginas) y esta escrita exactamente igual, por favor necesito saber si es el mismo libro q yo tengo ¿puedes ayudarme? =)
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