Lo llamaban Papahígos porque le gustaba mucho esta fruta, pero nadie sabía su verdadero nombre ni de dónde había venido al pueblo.
El joven era un bufón nato y sus gracias hacían reír a todos; por éso todos lo querían y el muchacho se sentía feliz.
Un día, Papahígos se encontró un viejo monedero en el que estaba escrita la frase: "Pide y tendrás". Era mágico y, en efecto, bastaba pedir para conseguir todo lo que se deseara.
El joven comenzó a pedir algunas monedas, luego algunas más... Como no tenía grandes necesidades, daba a los demás todo lo que recibía, pero su repentina riqueza hizo sospechar a sus convecinos que lo acusaron de ladrón y lo expulsaron del pueblo.
Vagando por el mundo, Papahígos encontró a un anciano que parecía un vagabundo, pero que era el rey. Este andaba buscando por todas partes a su hijo, raptado muchos años antes por una maga. En cuanto se vieron, padre e hijo se reconocieron y se abrazaron.
Papahígos llegó a ser rey y, gracias al monedero mágico, hizo felices y ricos a todos los súbditos de su reino.
El joven era un bufón nato y sus gracias hacían reír a todos; por éso todos lo querían y el muchacho se sentía feliz.
Un día, Papahígos se encontró un viejo monedero en el que estaba escrita la frase: "Pide y tendrás". Era mágico y, en efecto, bastaba pedir para conseguir todo lo que se deseara.
El joven comenzó a pedir algunas monedas, luego algunas más... Como no tenía grandes necesidades, daba a los demás todo lo que recibía, pero su repentina riqueza hizo sospechar a sus convecinos que lo acusaron de ladrón y lo expulsaron del pueblo.
Vagando por el mundo, Papahígos encontró a un anciano que parecía un vagabundo, pero que era el rey. Este andaba buscando por todas partes a su hijo, raptado muchos años antes por una maga. En cuanto se vieron, padre e hijo se reconocieron y se abrazaron.
Papahígos llegó a ser rey y, gracias al monedero mágico, hizo felices y ricos a todos los súbditos de su reino.
0 comments en "El monedero de Papahígos"
Publicar un comentario