Al salir, Catalina solía olvidar cerrar la puerta de la casa. Aquel día tenía que ir al campo a llevar la comida a Quico, su marido, y éste le había dicho varias veces:
- ¡Cuidado con la puerta!
Después de mucho pensar, encontró la solución: ¿qué mejor forma de cuidarla que llevársela? Sacó la puerta de los goznes y se la puso a hombros; pero también tenía que llevar la pesada cesta de la comida.
La colgó del pomo de la puerta y se dijo:
- Así la lleva ella.
- ¡Cuidado con la puerta!
Después de mucho pensar, encontró la solución: ¿qué mejor forma de cuidarla que llevársela? Sacó la puerta de los goznes y se la puso a hombros; pero también tenía que llevar la pesada cesta de la comida.
La colgó del pomo de la puerta y se dijo:
- Así la lleva ella.
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