Una mujer había tenido un hijo pero los gnomos se lo habían quitado y en su lugar habían puesto en la cuna un pequeño gnomo.
La madre les suplicó que le devolvieran su niño, pero ellos no paraban de reír por la broma que le habían gastado.
En medio de su dolor, un día la mujer puso en el fuego un huevo en vez de la olla. Los gnomos, que siempre andaban dando vueltas por la cocina, estallaron en carcajadas, porque ya se sabe que es ésto lo que más les gusta.
Y volvieron a poner al niño en su cuna.
La madre les suplicó que le devolvieran su niño, pero ellos no paraban de reír por la broma que le habían gastado.
En medio de su dolor, un día la mujer puso en el fuego un huevo en vez de la olla. Los gnomos, que siempre andaban dando vueltas por la cocina, estallaron en carcajadas, porque ya se sabe que es ésto lo que más les gusta.
Y volvieron a poner al niño en su cuna.
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